El conflicto árabe-israelí es aquel entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes, en particular los palestinos. Su
definición, historia y posibles soluciones son materia de permanente debate en
la que ambos estado no logran ponerse de acuerdo. Al día de hoy, las
principales cuestiones, son la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania, la eventual formación de un Estado palestino en dichas áreas, el
estatus de la parte oriental de Jerusalén, de
los Altos del Golán y de las Granjas de Shebaa, el reconocimiento de Israel y Palestina y de su
derecho a existir y vivir en paz al abrigo de amenazas y actos de fuerza, así
como la relación de Israel.Con Siria y el Líbano. Actualmente Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que garantizan su convivencia pacífica…
El 27 de Octubre de 1994, en un discurso pronunciado
en la Knésset o Parlamento israelí, el entonces presidente de EUA, Bill
Clinton, citó las siguientes palabras que un pastor le dirigió a él antes de
llegar a la presidencia: “Si tu abandonas a Israel, Dios nunca te lo perdonará…
Es la voluntad de Dios que Israel, el hogar bíblico del pueblo de Israel,
continúe por siempre y siempre”.
Y luego concluyó su discurso con estas palabras:
“Hasta que alcancemos una paz comprensiva en el Medio Oriente y después de que
esa paz comprensiva sea alcanzada…, sepan esto: Vuestra travesía es nuestra
travesía, y América permanecerá a vuestro lado hoy y siempre”.
Independientemente del propósito político que pueda haber detrás de estas
palabras, hay tres aseveraciones aquí que no podemos pasar por alto: En primer
lugar, según el presidente Clinton, si EUA abandona a Israel estaría cometiendo
un pecado contra Dios; en segundo lugar, según él, Israel posee un derecho
divino sobre la tierra de Palestina; y en tercer lugar, y como consecuencia de
lo anterior, EUA está comprometido con prestar una ayuda incondicional a la
nación de Israel. Ahora bien, a la luz de las enseñanzas de las Escrituras,
¿cuál es el lugar que ocupa la nación de Israel actualmente dentro del plan
redentor de Dios? ¿Se cumplió alguna profecía bíblica en mayo de 1948, cuando
David Ben Gurión proclamó el nacimiento del Estado de Israel en las Naciones
Unidas? Estas son algunas de las preguntas que quiero responder en estos
artículos, ahora que Palestina fue reconocida en la Asamblea General de
Naciones Unidas (ONU) como “Estado
Observador" no miembro” de la organización, el 29 de Noviembre
pasado.
Para comprender el drama que hoy se vive en Medio
Oriente debido al conflicto árabe – israelí, debemos retroceder en el tiempo.
Desde el siglo I d. C. los judíos han vivido en el exilio, si bien
ha habido una constante presencia de judíos en
la Tierra de Israel.
Pero tras larebelión de Bar Kojba (132–135), los
judíos fueron expulsados de la Tierra de Israel para formar la Diáspora judía. Ya a mediados del siglo II d.C. cuando los judíos
fueron expulsados definitivamente de la tierra de Israel por el Imperio Romano.
Unas 6 décadas después de que el templo de Jerusalén fuera destruido por Tito, en el año 70 d.C., el
emperador Adriano se propuso reconstruir Jerusalén como
una ciudad griega. Esto fue considerado por los judíos como una profanación de
sus lugares sagrados, lo que provocó un violento levantamiento en el 132 d.C.
que duró unos dos años y medio, liderados por Bar Kochba.
Aunque el ejército romano sufrió muchas bajas en esta
revuelta, finalmente logró someter a los judíos, cuyos sobrevivientes fueron
expulsados definitivamente de Jerusalén o vendidos como esclavos. Entonces la
ciudad de Jerusalén fue
reconstruida como una ciudad griega y rebautizada con el nombre de Aelia
Capitolina. Mientras que a la provincia de Judea se le comienza a llamar
“Palestina” o tierra de los filisteos, en un intento de borrar completamente la
memoria del pueblo de Israel en conexión con ese territorio.
Unos años más tarde, en el 637 d. C., los musulmanes
conquistan las localidades situadas en la franja costera y se inicia una época
en que Palestina cambió de manos varias veces, incluyendo el dominio de los
famosos cruzados; hasta que en el 1291 vuelve a pasar a mano de los musulmanes
en tiempos de Saladino. Los sultanes turcos, herederos del Califa, extendieron
su dominio al territorio Palestino en 1516, viniendo así a formar parte del
Imperio Otomano hasta la primera Guerra Mundial. De manera que, durante 400
años Palestina, estuvo en manos de los turcos.
En el ínterin, los judíos que fueron desterrados
establecieron comunidades en los cinco Continentes, sufriendo mal trato en
muchas ocasiones, en mayor o en menor grado. Para finales del siglo XIX se
levantó un fuerte antisemitismo, tanto en Europa Central como en Europa
Occidental, lo que fortaleció la identidad judía y la convicción de que la
única solución factible para ellos era radicarse en un estado judío
independiente.
Así nace el Sionismo, un
movimiento político organizado, de corte secular (no religioso) y nacionalista,
que impulsa el retorno de los judíos a la tierra de Palestina, en un momento en
que el Imperio Otomano se encuentra muy debilitado. En 1882 comienzan las
oleadas de inmigrantes a regresar a Palestina, de manera que para 1914 había
unos 85,000 judíos en la región. Esto trae como consecuencia un despertar del
nacionalismo Árabe que no ve con buenos ojos la inmigración y asentamiento de
los judíos.
El asunto toma un giro más complejo durante la
Primera Guerra Mundial cuando, en 1917, los británicos ponen fin al control del
imperio Otomano sobre Palestina en Diciembre de ese año, tomando el mando de la
situación, y teniendo como agenda el establecimiento en Israel del Hogar
Nacional de los judíos, tal como estaba contemplado en la famosa declaración
Balfour fechada el 2 de Noviembre de 1917. Esta declaración señalaba “que no se hará nada que perjudique los
derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en
Palestina”. Lo que no estaba claro era cómo habría de establecerse un hogar
nacional para el pueblo de Israel, sin afectar a los palestinos que habitaban
esas tierras por generaciones.
Con la llegada de Hitler al poder, en 1933, las
inmigraciones legales e ilegales se multiplicaron como nunca antes, de tal
manera que para 1936 la población judía era de unos 400,000 habitantes. Los
conflictos entre árabes e israelíes se fueron haciendo cada vez más violentos,
hasta que en 1947 los ingleses decidieron poner en mano de la recién creada ONU
el problema de estas dos comunidades en continua lucha. La ONU recomienda la partición
de Palestina en dos Estados independientes, uno árabe y el otro judío, dejando
a Jerusalén como zona internacional. Los israelitas aceptan el plan de
partición en el que a ellos se les otorga el 55% del territorio de Palestina,
pero los árabes lo rechazaron rotundamente, alegando, entre otras cosas, la
injusticia de que se le cediera a Israel un territorio mayor cuando apenas
tenían unas décadas allí y eran casi 3 veces menos en número.
Finalmente, el 14 de mayo de 1948 David Ben
Gurión proclama
unilateralmente el nacimiento del Estado de Israel, lo que trae como
consecuencia que al día siguiente ejércitos árabes invadieran Palestina. Al
término de la guerra, en julio de 1949, Israel sale victoriosa ocupando el 77%
del territorio de la Palestina histórica (ese territorio sería aún mayor
después de la guerra de los 6 días, en junio de 1967, cuando Israel añadiría a
su territorio unos 69 mil km2).
Como consecuencia de este conflicto un poco más de
700.000 árabes palestinos se vieron obligados a abandonar sus hogares y
convertirse en refugiados en los países vecinos, quedando sólo unos 100.000
palestinos en territorio israelí. Actualmente la población Palestina asciende a
4.260.000 personas, un tercio de los cuales vive en Gaza y Cisjordania,
mientras que más de un millón vive en el mismo Israel.
Esa es, básicamente, y visto de una manera muy
resumida, el trasfondo de la crisis que hoy se vive en Medio Oriente, para la
cual no se vislumbra una solución a corto plazo. David Ben Gurión resumió en
pocas palabras la naturaleza y profundidad de esta crisis, cuando dijo en
cierta ocasión: “Todo el mundo considera problemáticas las relaciones entre
judíos y árabes. Pero no todos ven que esta cuestión es insoluble. Un abismo
separa a las dos comunidades… Queremos que Palestina sea nuestra nación. Los
árabes quieren exactamente lo mismo”.
Sin embargo, como vimos al principio, para muchas
personas este conflicto está tan claro como la luz del medio día. Si el pueblo
de Israel es la nación escogida por Dios, y la tierra de Palestina es suya por
derecho divino, entonces lo ocurrido en 1948 no fue más que el cumplimiento del
plan profético de Dios para con ese pueblo. Pero, ¿es realmente así? ¿Fue el
nacimiento del Estado moderno de Israel el cumplimiento de alguna profecía
bíblica? ¿Posee Israel algún derecho divino sobre la tierra de Palestina? Eso
lo veremos más adelante, si el Señor lo permite.
© Por Luis Rodríguez. Débil es la
razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa. . Usted
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de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.
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