sábado, 29 de septiembre de 2012


«Y Jesús,  después que fue bautizado,  subió luego del agua;  y he aquí cielos le fueron abiertos,  y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma,  y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos,  que decía: Este es mi Hijo amado,  en quien tengo complacencia.» (Mat.3:16-17)

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