El uso del vino
¿Está bien para un cristiano beber vino?
¿Es malo beber vino?
¿Lo condena la Biblia?
Cuando Jesús instituyó la Santa Cena el Señor Jesús mencionó «el
fruto de la vid» (Mat.26:29), expresión empleada desde tiempos
inmemoriales por los judíos con ocasión de las solemnidades pascuales y de la
víspera del sábado. (Jn.19:31).
Los israelitas bebían el jugo de la uva en forma de mosto tal como
salía del lagar, pero preferían el vino añejo. (Lc.5:39).
El Señor Jesús hizo su primer milagro al convertir el agua en vino
en las bodas de Caná de galilea, el milagro fue tan sorprendente por tomar en
cuenta el resultado del vino; tan bueno que fue reconocido por el maestresala
el cual quedo muy satisfecho con la calidad del vino (véase. Juan 2:1-11).
El primer pasaje bíblico en el que aparece el término hebreo «yayin» para
referirse a <vino> se halla en (Gen. 9:21), donde significa «Jugo
fermentado de la uva» altamente embriagante (véase. Strong yayin
vino # 3198) <<y bebió del vino, y se embriagó, y
estaba descubierto en medio de su tienda>>. La
transcripción griega usada para vino es (oinos) designaba la misma bebida (jugo
extraído de la uva, por implicación altamente embriagante).
Cuando el Espíritu Santo vino en Pentecostés, los apóstoles fueron
acusados de estar llenos de mosto pensando que estaban embriagados.
Evidentemente desconocían la razón verdadera que llevó a los Apóstoles a
reaccionar de forma inusual para los allí presente (Hech. 2:13). La
transcripción hebrea usada para <mosto> es (Tirósh)
designaba <jugo fresco acabado de exprimir de la uva> (véase. Strong.
Mosto # 8492), pero cuando tenía lugar la fermentación el mosto se volvía
altamente embriagante; se convierte en jugo fermentado, lo mismo que el vino.
Hay exegetas al pretender que (mosto) no significa ni vino nuevo
ni vino fermentado, sino solamente las uvas de la vendimia; pero son numerosos
los textos que refutan esta infundada afirmación. <<Sembrarás,
mas no segarás; pisarás aceitunas, mas no te ungirás con el
aceite; y mosto, mas no beberás el vino>> (Miq.6:15;
ref. Dut.11:14; Neh. 10:37; Is.62:8-9; 65:8; Os.2:8).
Esta más allá de toda duda que la biblia no condena el
empleo sobrio y medido del uso del vino por el hecho de que su abuso desmedido
lleve a la vergüenza y a la intoxicación de muchos; lo que se pide es
moderación. (Ef.5:18; 1Tm.3.3; Tit.2.3).
No juzguemos por aquellos que acostumbran tomar vino como uso
y costumbres de sus comidas diarias, como suele suceder la práctica en
algunos países. La Biblia no condena el "tomar vino" moderadamente.
Es necesario entender que la biblia fue escrita para los creyentes
de todas las culturas del mundo y el empleo sobrio y medido del uso del vino
sigue siendo uso común en la mesa de muchos países; al igual que en los países
orientales. Debe tenerse en cuenta que el uso del vino es y ha sido parte
integral de la dieta alimenticia del pueblo judío. (Is.65:21; 1Cor.9:7).
¿Pero bajo que circunstancia se transforma en pecado el uso del
vino?
1. Cuando se lleva al exceso (Prov.23:29-35; Ef.5:18).
2. Cuando forma un hábito dominante (1Cor. 6:12b).
3. Cuando ofende la conciencia débil del creyente (Rom.14:13;
1Cor.8.9).
4. Cuando el creyente tiene alguna duda en su mente de lo que bebe o
deja de beber. (Rom.14:14,23).
5. Cuando daña el testimonio del cristiano en la comunidad; y
deshonra la gloria de Dios. (1Cor. 10:31).
La alternativa que el apóstol pablo nos recomienda a todos
creyentes es a ser lleno del Espíritu. <<No embriaguéis con
vino en lo cual hay disolución; antes bien sed lleno del Espíritu>> (Ef.5:18). La
embriaguez como bien lo sabían los israelitas es un grave pecado que Dios juzga
y castiga severamente (Isa. 5:11; 1 Cor.5:11; 6:10; Gá.5:2; 1Pe. 4:3). El
apóstol pablo nos exhortas a que no nos embriaguemos con vino; sino que antes
bien, seamos lleno del Espíritu. En ambas condiciones la persona queda
plenamente afectada. En el estado de embriagues hay corrupción y libertinaje,
en contraste con la llenura del Espíritu Santo, donde solo hay control y
dominio propio. (2Tim. 1:7).
Quizás la razón probable por la que muchos
cristianos se abstienen total o parciamente del uso del vino, está en el hecho
de considerar algunos pasajes de las escrituras en la que Dios ordena y
prohíbe enfáticamente el uso del vino específicamente a la clase
sacerdotal. Su consumo estaba prohibido a los sacerdotes cuando tenían que
oficiar en el Tabernáculo <<Tú y tus hijos contigo, no
beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no
muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones>>. (Comp.Lev.10:9;
Ezq.44:21).
También tenemos casos en las escrituras de hombre de Dios
como Jonadab el cual hizo voto de Nazareo para apartarse y consagrarse a Jehová
por un tiempo determinado en el cual tenía que abstenerse de beber vino;
Instrucción que más tarde fue ordenada y transferida a todas sus descendencias.
(Núm. 6:3; Jue.13:4; Jer.35:6,8). Pasaje como (Lc.1:15), nos revela la
abstinencia total del uso del vino como fue el caso de Juan el Bautista
escogido aun desde el vientre de su madre. El uso del vino había sido prohibió
a hombres a los cuales Dios había apartado para su obra salvo
por alguna necesidad. (véase.1Tm.5:23).
Recomendaciones finales:
Aunque la biblia no prohíbe de manera condenatoria el uso moderado
del vino; es necesario tener presente que las escrituras son la que nos
instruyen a mantenernos lo más alejados posible del vino. Mientras más
lejos el hombre se mantenga de esta bebida; será mucho mejor para el creyente.
(Véase. Prov. 20:1; 23:29-30; 31:4,5; Is. 5:22). Las escrituras nos presenta
algunos ejemplos de hombres como Noé y
Lot los cuales no tuvieron muy buenos resultados
(Gen.9:21; 19:32-35). Dios prohibió el uso del vino a los
sacerdotes cuando iban administrar en el templo o tabernáculo de reunión. Por
tanto, seamos sabio en lo que decidamos hacer, porque una correcta
decisión demuestra ser sabia por sus buenos frutos. Lo más aconsejable para la
Iglesia hoy en día es mantener una actitud de sensatez y madures espiritual que
nos induzca a mantenernos lo más alejado posible del vino; en virtud de
considerar que nuestros cuerpos también es templo; y
del Espíritu Santo Es. (1Cor.3:16; 6:19).
© Por su hermano en Cristo Luis Rodríguez. Débil es la razón sino
se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa. .
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