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martes, 25 de septiembre de 2012


El uso del vino

¿Está bien para un cristiano beber vino? 
¿Es malo beber vino?
¿Lo condena la Biblia?

Cuando Jesús instituyó la Santa Cena el Señor Jesús mencionó «el fruto de la vid» (Mat.26:29),  expresión empleada desde tiempos inmemoriales por los judíos con ocasión de las solemnidades pascuales y de la víspera del sábado. (Jn.19:31).
Los israelitas bebían el jugo de la uva en forma de mosto tal como salía del lagar, pero preferían el vino añejo. (Lc.5:39).
  
El Señor Jesús hizo su primer milagro al convertir el agua en vino en las bodas de Caná de galilea, el milagro fue tan sorprendente por tomar en cuenta el resultado del vino; tan bueno que fue reconocido por el maestresala el cual quedo muy satisfecho con la calidad del vino (véase. Juan 2:1-11).

El primer pasaje bíblico en el que aparece el término hebreo «yayin» para referirse a <vino> se halla en (Gen. 9:21), donde significa «Jugo fermentado de la uva»  altamente embriagante (véase. Strong  yayin vino # 3198) <<y bebió del vino,  y se embriagó,  y estaba descubierto en medio de su tienda>>.  La transcripción griega usada para vino es (oinos) designaba la misma bebida (jugo extraído de la uva, por  implicación altamente embriagante).

Cuando el Espíritu Santo vino en Pentecostés, los apóstoles fueron acusados de estar llenos de mosto pensando que estaban embriagados. Evidentemente desconocían la razón verdadera  que llevó a los Apóstoles a reaccionar de forma inusual para los allí presente (Hech. 2:13). La transcripción hebrea usada para <mosto> es (Tirósh) designaba <jugo fresco acabado de exprimir de la uva> (véase. Strong. Mosto # 8492), pero cuando tenía lugar la fermentación el mosto se volvía altamente embriagante; se convierte en jugo fermentado, lo mismo que el vino.

Hay exegetas al pretender que (mosto) no significa ni vino nuevo ni vino fermentado, sino solamente las uvas de la vendimia; pero son numerosos los textos que refutan esta infundada afirmación. <<Sembrarás,  mas no segarás;  pisarás aceitunas,  mas no te ungirás con el aceite;  y mosto,  mas no beberás el vino>> (Miq.6:15; ref.  Dut.11:14; Neh. 10:37; Is.62:8-9; 65:8; Os.2:8).
Esta más allá de toda duda que la biblia no condena el  empleo sobrio y medido del uso del vino por el hecho de que su abuso desmedido lleve a la vergüenza y a la intoxicación de muchos; lo que se pide es moderación. (Ef.5:18; 1Tm.3.3; Tit.2.3).
No juzguemos por aquellos que acostumbran tomar vino como uso y costumbres de sus comidas diarias, como suele suceder la práctica en algunos países. La Biblia no condena el "tomar vino" moderadamente.

Es necesario entender que la biblia fue escrita para los creyentes de todas las culturas del mundo y el empleo sobrio y medido del uso del vino sigue siendo uso común en la mesa de muchos países; al igual que en los países orientales. Debe tenerse en cuenta que el uso del vino es y ha sido parte integral de la dieta alimenticia del pueblo judío. (Is.65:21; 1Cor.9:7).

¿Pero bajo que circunstancia se transforma en pecado el uso del vino?
1.   Cuando se lleva al exceso (Prov.23:29-35; Ef.5:18).
2.   Cuando forma un hábito dominante (1Cor. 6:12b).
3.   Cuando ofende la conciencia débil del creyente (Rom.14:13; 1Cor.8.9).
4.   Cuando el creyente tiene alguna duda en su mente de lo que bebe o deja de beber. (Rom.14:14,23).
5.   Cuando daña el testimonio del cristiano en la comunidad; y deshonra la gloria de Dios. (1Cor. 10:31).

La alternativa que el apóstol pablo nos recomienda a todos creyentes es a ser lleno del Espíritu. <<No embriaguéis con vino en lo cual hay disolución; antes bien sed lleno del Espíritu>> (Ef.5:18). La embriaguez como bien lo sabían los israelitas es un grave pecado que Dios juzga y castiga severamente (Isa. 5:11; 1 Cor.5:11; 6:10; Gá.5:2; 1Pe. 4:3). El apóstol pablo nos exhortas a que no nos embriaguemos con vino; sino que antes bien, seamos lleno del Espíritu.  En ambas condiciones la persona queda plenamente afectada. En el estado de embriagues hay corrupción y libertinaje, en contraste con la llenura  del Espíritu Santo, donde solo hay control y dominio propio. (2Tim. 1:7).

 Quizás la razón  probable por la que  muchos cristianos se abstienen total o parciamente del uso del vino, está en el hecho de considerar  algunos pasajes de las escrituras en la que Dios ordena y prohíbe enfáticamente el uso del vino específicamente a la clase sacerdotal. Su consumo estaba prohibido a los sacerdotes cuando tenían que oficiar en el Tabernáculo <<Tú y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones>>. (Comp.Lev.10:9; Ezq.44:21).

También tenemos casos en las escrituras  de hombre de Dios como Jonadab el cual hizo voto de Nazareo para apartarse y consagrarse a Jehová por un tiempo determinado  en el cual tenía que abstenerse de beber vino; Instrucción que más tarde fue ordenada y transferida a todas sus descendencias. (Núm. 6:3; Jue.13:4; Jer.35:6,8). Pasaje como (Lc.1:15),  nos revela la abstinencia total del uso del vino  como fue el caso de Juan el Bautista escogido aun desde el vientre de su madre. El uso del vino había sido prohibió a hombres a  los cuales  Dios había  apartado para su obra salvo por alguna necesidad. (véase.1Tm.5:23).

Recomendaciones finales:
Aunque la biblia no prohíbe de manera condenatoria el uso moderado del vino; es necesario tener presente que las escrituras son la que nos instruyen  a mantenernos lo más alejados posible del vino. Mientras más lejos el hombre se mantenga de esta bebida; será mucho mejor para el creyente. (Véase. Prov. 20:1; 23:29-30; 31:4,5; Is. 5:22). Las escrituras nos presenta algunos ejemplos  de hombres  como  Noé y Lot  los cuales no tuvieron muy buenos resultados (Gen.9:21; 19:32-35).   Dios prohibió el uso del vino a los sacerdotes cuando iban administrar en el templo o tabernáculo de reunión. Por tanto, seamos  sabio en lo que decidamos hacer, porque una correcta decisión demuestra ser sabia por sus buenos frutos. Lo más aconsejable para la Iglesia hoy en día es mantener una actitud de sensatez y madures espiritual que nos induzca a mantenernos lo más alejado posible del vino; en virtud de considerar que nuestros cuerpos  también es templo; y  del Espíritu Santo Es. (1Cor.3:16; 6:19).



© Por su hermano en Cristo  Luis Rodríguez.  Débil es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa.  . Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.














 Los juramentos



     

    




                                       

¿Es malo jurar a Dios?
¿Lo condena la biblia?
¿Entonces bajo qué motivos prohibió Jesús los juramentos en el Nuevo Testamento?<<Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera;>>

En Mateo 5:33-37 tenemos una exposición del tercer mandamiento tomando en cuenta que Dios no tendrá por inocente al que quebrantase  este mandamiento tomando el nombre de Dios en vano. (Deut.5:11). Jesús expresa el mandamiento donde no solo se prohíbe jurar en falso sino que además, Cristo manda enfáticamente: «No juréis en ninguna manera» a esto se añade la corroboración de Santiago 5:12, donde el apóstol señala  «vuestro sí sea sí; y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación» sin embargo, el contexto pone más allá  de toda duda que Jesús se refería al perjurio o (juramento en falso) como a si se traduce en las versiones castellanas (Comp. V.33; lev.19:12; Num.30:2; DT.23:21).

Siempre que no se empleara el nombre de Dios en vano estos juramentos se le consideraban particularmente legal. Por ejemplo «a Jehová tu Dios temerás y a él solo servirá y por su nombre jurará» (Comp.Deut.6:13 Gn.21:24; Ap.10:5).  El juramento era tan legal como que Dios mismo llego a jurar (Gn.22:16; Heb.6:13).

Luego entonces ¿Por qué razón prohibió Jesús los juramentos en el nuevo testamento? En los tiempo de Jesús los juramentos eran tan comunes que los Judíos tenían el habito de emplear vanos y frívolos juramentos y en su habla diaria juraban: por el cielo, la tierra, el templo, Jerusalén y hasta por su cabeza; y aun siendo falsos estos juramentos, ellos lo consideraban normal. El uso Irrisorio y el incumplimiento de lo mismo, había generado una decadencia espiritual. Este tipo de práctica es aludida por nuestro señor Jesús y en contra de este tipo de abuso el señor les advirtió a sus discípulos a que su hablar sea: Sí,sí; No,no, en otra palabra no intentéis aumentar vuestra credibilidad con verdadero o profanos juramentos. No quiere decir esto; sin embargo, que todo juramento es malo y más si somos debidamente llamado hacerlo por amor hacia nuestro prójimo o ante la instancia de un tribunal.

Jesús mismo testificó bajo juramento ante el sumo sacerdote (mat.26:63) el mismo pablo hizo  algunos juramentos al tomar a Dios como testigo al decir que era cierto lo que él estaba escribiendo «más yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma» (Comp.2Cort.1:23; Gal.1:20; Rom.9:1). Aunque no aparezca aquí implicado el verbo (jurar) no deja de ser juramento, pues según define el diccionario (Caribe), jurar es una forma de maldición en donde la persona que presta juramento involucra a Dios como testigo pidiéndole que le aniquile o castigue sin no dice la verdad. Por qué decir «tan cierto como que Dios vive; Delante de Dios lo digo; Dios sabe que no miento o Dios me es testigo» son modalidades de juramentos que no están necesariamente en desacuerdo con la posición de Cristo.

Lejos de condenar los juramentos promisorios y estatutario Jesús lo admitió y reconoció su validez (v.33; cp.Gn.50:24; Dt.6:13), no obstante, en Mateo 5:33-37.Jesús no solamente reprendió los falsos juramentos sino que además, dio a conocer otras razones en la que se dejaba ver las malas aplicaciones de estos.

No jures por el cielo, pues el trono de Dios, donde él se sienta. No se puede jurar por el cielo sin jurar por Dios mismo.
Ni por la tierra, porque es el estrado de Dios. La tierra es de Jehová así que al jurar por ella se jura por su dueño.

No juréis por Jerusalén, aunque habitada por ello es la ciudad del gran rey. (Sal.48:8)
Ni juréis por tu cabeza, más que tuya es de Dios, él la hizo y la formó, mediante juramentos superfluos no puede cambiar un solo cabello para hacerlo blanco o negro.

El mal  inherente de estos juramentos radicaba básicamente en dos aspectos: a) la falsedad del mismo; y b) los medios inapropiados de involucrar testigos como el cielo y la tierra etc. Y no directamente a Dios. El fin único era librarse deliberadamente de cualquier juicio o castigo que pudiera sobrevenirle a ellos directamente de parte de Dios.

Finalmente el (v.37) nos recomiendan que en toda nuestra conversaciones debemos conformarnos con un simple  (Si, sí; No, no), significa que una solemne afirmación equivale al más sublime de los juramentos. El pasaje nos revela además, que Jesús es el cumplimiento de toda promesa juramentada hecha por parte de Dios a su pueblo (Vease.Gn.50:24; Sal.89:49; 110:1-4; Luc.1:68,73; Hech.2:30; Heb.6:13-18). Jesús es el garante y la respuesta final o el (Amen) (Véase.2Cor.1:19,20; Heb.6:13-18).



© Por Luis Rodríguez. Débil es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa.  . Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.










lunes, 23 de abril de 2012

¿Justifica Dios la Mentira?


La pregunta se concentra alrededor de lo ocurrido en textos como Ezequiel 14:9; 1 Reyes 22:23 y Josué 2:1-8.    Veamos: "Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente, y les dijo: «Id a explorar la tierra y a Jericó». Ellos fueron, entraron en casa de una ramera que se llamaba Rahab y se hospedaron allí. Entonces le fue dado este aviso al rey de Jericó: --Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para espiar la tierra.

El rey de Jericó mandó a decir a Rahab: --Saca a los hombres que han venido a verte y han entrado a tu casa, porque han venido para espiar toda la tierra. Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido. Luego dijo: --Es verdad que unos hombres vinieron a mi casa, pero no supe de dónde eran. Cuando se iba a cerrar la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde han ido. Seguidlos aprisa y los alcanzaréis. Pero ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado. Los hombres salieron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados, y la puerta fue cerrada después que salieron los perseguidores. (Josué 2:1-8). Antes que ellos se durmieran, ella subió al terrado y les dijo: Josué 2:9-14.

 ¿Fue Rahab justificada por mentir?
Por supuesto que no. Dios no puede ser glorificado mediante la mentira. Pero... ¿No nos dice Santiago que <Rahab> la ramera fue justificada por obras"? (Sant.2:24-26). En primer lugar la respuesta es sí, pero su "obra" no fue mentir, sino reconocer al Dios de los Hebreos y actuar conforme al plan trazado que estos espías se disponían a llevar a cabo según la voluntad de Dios. De forma tal, que ella pudo reconocer al verdadero Dios a los cuales los espías servían; y que los dioses que ella y sus conciudadanos servían no eran más que pedazos inertes de madera, metales y barro.

En segundo lugar Rahab no le mintió a Dios de los hebreos, sino al rey de Jericó; y su actitud al hacerlo era una decisión crucial para ella y toda su familia. Aunque no sabemos en nuestro limitado conocimiento como podría haber alcanzado el fin de preservar su vida al ser salvada por Dios si en lugar de haber escondidos a los espías los hubiese denunciado.

Hay ocasiones en nuestra vida en que debemos de elegir no necesariamente entre el bien y el mal, sino el menor de dos males. Rahab se encontraba en una difícil posición o más bien en una encrucijada en la que tenía que decidir entre una cosa y la otra. Para ella mentir al rey de Jericó era un acto inmoral siendo desleal a su pueblo, patria y nación al tiempo de ser sentenciada por alta traición en caso de ser descubierta; por otro lado el  mal podía ser mayor si declaraba  que tenía escondidos a los dos espías; si lo hacía, ella y todas sus familias iban a perecer igualmente bajo los juicios de Dios por manos del pueblo judío.


Se ha de notar que la importancia de este relato A diferencia de Numero 13, no se interesa por la información que pudieron obtener de los espías ni por los planes para la invasión de Jericó, sino en poner de relieve la fe de Rahab y la ayuda que prestó a los israelitas. Cf. Heb 11.31; Stg 2.25.


©  Por Luis Rodríguez. Débil es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa.  . Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.










domingo, 12 de febrero de 2012

El Voto de Jefté











¿Realmente llevo a cabo Jefté el sacrificio humano de su hija única?

Jefté significa << el abrirá, librará>>         
Jefté descendiente de galaaditas tuvo que enfrentarse a los Amonitas que invadieron a Israel durante 18 años al este del Jordán. Por petición de sus hermanos los cuales anteriormente lo había expulsados de la familia por ser medio hermano y no ser hijo legítimo de la madre de sus hermanos.

 La victoria contra los Amonitas era incierta desde el punto de vista humano, razón por la cual Jefté hizo un imprudente voto a Jehová de ofrecer en holocausto a cualquiera que saliera a recibirle de su casa si el señor les entregaba a los Amonitas en sus manos.

11.31 «cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto». Jefté promete ofrecer en sacrificio, una víctima pensando que de ese modo realizaba un acto agradable a Dios. Una vez obtenida la victoria, Jefté fue recibido con panderos y danza por su hija única en la que Jefté quedó profundamente afectado.

Se discute en cuando a esto: si este sacrificio humano se llegó a realizar finamente.  Dos posibles interpretaciones: Hay quienes opinan que Jefté haya consagrado su hija única a un celibato perpetuo en la que haya permanecido virgen y  dedicada al servicio del santuario central de Israel,  sacrificando así su virginidad en lugar de darle muerte.  Y apelan a la frase «lloró su virginidad» (Vs.37, 38) o  «nunca conoció varón» (v.39). Para muchos esto apoya la idea ya que  en el antiguo Israel como en muchos otros pueblos se consideraba una desgracia y un deshonor el que una mujer no tuviera hijos. (Cf. Gen 16.1-5; 30.23; 1 S 1.11; Véase Lc 1.25). 

Otros en cambio, sostienen que es mucho más probable que la ofreciese realmente en holocausto y apela al (V.39). Según creencia bastante común en la antigüedad el que había hecho un voto ya no podía volverse atrás, sino que debía cumplirlo indefectiblemente. (Núm.30:1,2; 32.24; Sal 66.13-14), es decir, con el voto sucedía lo mismo que con la bendición y la maldición; una vez pronunciado parecía quedar fuera del dominio del que lo había hecho; como si el voto hubiera adquirido existencia independiente; y esto explica la razón del porque Jefté no podía retractarse según el (v.35). De ahí la recomendación de no hacer votos a la ligera (Gen.27:4; 27.33; Sal 147.15; Pr 20.25; Ec.5:4-5).  

Es de interés observar y prestar   atención a la palabra  <endechar> que significa (Cantar endechas, especialmente en loor de los difuntos; honrar su memoria en los funerales. Afligirse, entristecerse, lamentarse etc. (Véase. Strong: Gen.50:10; 1 rey.13:29; 14:13)  el (v.40)  certifica esta firme posición.  El sacrificio de la hija de Jefté dio origen a una conmemoración anual (11:40; comp. 2 Crón. 35:25, donde el vocablo aquí traducido costumbre está vertido por "precepto") La  hija de Jefté fue sacrificada sin tener hijos, pero las hijas de Israel (traducción Lit.) no permitieron que su memoria cayera en el olvido. 

No hay duda que la dificultad de este pasaje radica básicamente en los Vs. 38-40. La posición que conserva mayor   apoyo exegético sin embargo, queda revelada en el mismo pasaje. Basta con remitir el caso a lo sucedido; es decir, no tener hijos era una tragedia muy grave; había que lamentarse y llorar por eso. La razón más probable es quizás, no considerar que Jefté haya preferido el "sacrificio humano" como único medio para cumplir su voto a Dios. Aunque los sacrificios humanos eran prácticas corrientes entre los cananeos e incluso entre algunos israelitas que ocasionalmente lo practicaban (2 R 16.3; 21.6; cf. Jer 7.31; 19.5; 32.35), lo mismo que sus vecinos (2 R 3.26-27). Dios no obstante, había prohibido severamente todo tipo de sacrificio humano. (Dut.12:31; 18:10; Lev. 18:21; 20:2-5; 2 Rey.3:27) pues, tampoco estaba obligado a cumplir un voto que estaba en contra del sexto mandamiento <No matará>

Según el (Vs.31)  la expresión «Será de Jehová,  y  lo ofreceré en holocausto», deja planteada dos posibilidades. (La conjunción "y"  en el hebreo está muy a menudo traducido con la conjunción "o" lo cual se puede traducir: «Será de Jehová,  o  lo ofreceré en holocausto».) La adopción de la segunda conjunción “o”, sugiere dos alternativas importantes, de que, si fuera persona, la dedicación sería para el servicio del santuario; y si fuera animal o cosa, sería ofrecido sobre el altar. Si tomamos en cuenta que ningún niño nacería de esta familia, quiere decir que el linaje de Jefté terminaría con la muerte del él y de ella.

 La cuestión a considerar sería: si  Jefté obró bien o si obró mal. Hay quienes le justifican diciendo que Jefté obró correctamente ya que prefirió estar bien con Dios a cualquier cosa de este mundo,  incluso a su hija única.  También está el hecho muy probable en la  que Jefté haya interpretado mal la ley de levítico 27:24 que dice: «Ninguna persona condenada como anatema podrá ser rescatada: indefectiblemente ha de ser muerta »  El argumento más sensato al entorno inmediato del contexto bíblico sin embargo, es que obró mal. Se puede tomar en cuenta algunas consideraciones.

1)   Fue un  imprudente  voto e irreflexivo el que hizo Jefté no por su confianza puesta en Dios, sino por el objeto prometido, que lo llevó hacer voto sin considerar las consecuencias.
2)  Hizo mal no solo en hacer este tipo de juramento; también fue insensato en llevarlo  a cabo en cualquiera de las dos posibilidades en que lo halla hecho.(vs.38-40)
3)   Huelga decir que ofrecer su hija única a un celibato perpetuo o darla en holocausto no eran los medios mas adecuados de alcanzar su promesa ante Dios en el caso probable de que lo halla hecho así. Había una tercera posibilidad.  Él pudo haber redimido su promesa con plata como así estaba dispuesto en la leyes de rescate del Antiguo Testamento en levítico 27:1-8.

Cuando los israelitas dirigían una súplica o un voto al Señor la acompañaban a veces con el voto de promesa de consagrarle alguna de sus pertenencias. Las ofrendas estaban destinadas al sostenimiento del santuario y del culto a Jehová. Estas ofrendas podían ser animales (Lev. 9-13), casas (Lev. 14-15) o terrenos (Lev. 16-25). Dios le  instruye a Moisés  a cerca de los votos especiales indicándole el equivalente en dinero que estaba permitido pagar en lugar del objeto prometido. Era una forma de redimir los diferentes tipos de votos estimándolo con cantidad determinada en  plata.  (Véase. Lev.27:1-8; Dt.18:9-12). 

En cuestione como está siempre surge la inevitable pregunta: ¿Por qué permitiría Dios tal sacrificio? En este caso el texto bíblico no pronuncia ningún juicio sobre la acción moral realizada por Jefté, sino que se limita a referir el hecho a la soberana voluntad de Dios por la cual Él permite que acontezcan algunas cosas.  En el libro de hebreo 11:32 Se resalta la fe de este hombre así como otros personajes de las escrituras en depositar su confianza en Dios.

El episodio refleja el trágico deterioro de la comprensión humana sobre los caminos de Dios, frutos de los continuos retrocesos experimentados por Israel en ésta etapa de su historia. 

HOLOCAUSTO ver, Sacrificio, término que viene del ((Heb. «Olah»,  significa «hacer ascender»). Se traduce holocausto, transcripción del término griego usado en la LXX y en el NT griego «holokautos»  y denota quemar. Se refiere a la combustión total de la víctima ofrendada, esto es, una víctima quemada en su totalidad, como en  Exo_30:20; Lev_5:12; 23.8, 25,27. En Mc 12. «El holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar... no se apagará» (Lev_6:9, 13). Esto se refiere a los corderos de la mañana y de la tarde; constituían un holocausto continuo (Exo_29:38-41). . Las cenizas constituían la prueba de que el sacrificio había sido totalmente aceptado (sal. 20:3), lit.: «encenice tu holocausto»;



© Por Luis Rodriguez. Débil es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa.  . Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.

lunes, 19 de diciembre de 2011

La Justicia de Dios


    ¿Cómo puede Dios justificar al impío y seguir siendo justo?


<<Mas al que no obra,  sino cree en aquel que justifica al impío,  su fe le es contada por justicia>>. (rom.4:5) El termino <justificar> puede significar: restaurar o vindicar a un estado de reconciliación por medio de la fe con Dios, aquellos que se hallan bajo el juicio de la ley.

La ley de Dios demandaba: <<y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas>> (Deut. 6:5), pero todo hemos amado otra cosa más. Eso es lo que el pecado, deshonrar a Dios prefiriendo otra cosa más que ÉL, y actual conformes a esas preferencias; por consiguiente, la biblia dice: << por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. >> (Ro.3:23). Disfrutamos lo que más apreciamos y eso no es de Dios; por lo tanto, el pecado no es algo pequeño, porque no es algo contra un soberano pequeño.<Alguien decía la seriedad de un insulto aumenta según la dignidad del insultado>,  es una ley de Dios que todos hemos violado, no castigar sería injusto, seria aceptar la  degradación de Dios; y el pecado reinaría por toda la eternidad.

Ahora bien: ¿Es acaso que Dios decide pasar por alto nuestra culpabilidad y decretar una amnistía? ¡De ninguna manera! La justificación y la amnistía no son sinónimas. Cuando se proclama una amnistía se está pasando por alto un mal proceder y renunciando llevar el caso a la justicia (esta palabra proviene del griego amnistía que significa “olvido”). Pero si Dios hiciera algo así, estaría actuando en contra del más elemental principio de justicia establecido por Él mismo:

“El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová” (Pr. 17:15). Dios no puede hacerse de la vista gorda en lo que respecta a nuestros pecados porque de hacerlo así, dejaría de ser justo y si Dios dejara de ser justo dejaría de ser Dios.

            En  romano. 4:5 Pablo dice claramente que “Dios justifica al impío”. ¿Cómo puede Dios hacer eso? ¿Declarar justo a un culpable y al mismo tiempo seguir siendo justo? Imputándole a Cristo nuestros pecados e imputándonos a nosotros la justicia perfecta de Cristo por medio de la fe.

Y aquí hemos introducido otro término teológico que necesita ser explicado: la palabra “imputación”. Es la traducción literal de la palabra que RV traduce como “contada” en Rom. 4:3: “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia”.
El significado básico de este término es “poner en la cuenta de alguien o acreditar”. Cuando un niño hace algo malo, y luego le dice al padre que fue su hermano quien lo hizo; él está imputándole su falta a su hermano.
Una de las ilustraciones más hermosas de imputación del Nuevo Testamento la encontramos en la carta de Pablo a Filemón. Allí se trata el caso de un esclavo llamado Onésimo el cual había escapado de su amo y muy probablemente después de haberle robado. (Fil. 1:1-18)
            De una manera providencial este esclavo se topa con Pablo en Roma quien le predica el evangelio. Onésimo se convierte y ahora Pablo lo envía de vuelta a su amo pidiéndole en una carta que lo reciba de nuevo, ya no como un esclavo, sino como un hermano en Cristo.
“Y si en algo te dañó, o te debe – le dice Pablo en el versículo 18, ponlo a mi cuenta” (la misma palabra de Rom. 4:5). Pablo le pide a Filemón que la deuda de Onésimo se la imputara a él. Y eso es precisamente lo que hace Dios con el pecador cuando éste deposita su fe en Cristo.

            La palabra griega cuando se usa en el término fe es (gr. Pisteuo) significa (creer, confianza) sinónimo de seguridad y esperanza». La primera vez que este verbo aparece en el AT es cuando se usa de Abraham: «Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia» (Gen_15:6). A si mismo bajo la conclusión de romano 4:5, la fe del creyente también es contada por justicia.

            La fe (Es la acción  de Dios revelada en Jesucristo mediante el cual, bajo el ofrecimiento de la gracia, es otorgada al creyente que confía en la obra de Jesús en la cruz) <<Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;  y esto no de vosotros,  pues es don de Dios>> (Efe 2:8). Significa que la fe cristiana se concibe primariamente a la luz de la gracia; la cual ha venido a ser la dadiva, el regalo que se ofrece al creyente de parte de Dios de quien lo recibe. A sí que la fe es un don de Dios y viene por o ir la palabra de Dios (Rom. 10:17)

            En la cruz del calvario todos nuestros pecados le fueron imputados a Cristo, de manera que Él pagó por ellos como si Él mismo los hubiera cometido; y al mismo tiempo la justicia perfecta de Cristo nos fue imputada o puesta en nuestra cuenta: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2Cor. 5:21).
            Un hombre puede haber cometido un crimen y ser encerrado por años en una institución penal. Cuando cumpla su condena, a los ojos de la sociedad será un criminal perdonado. Pero cuando Dios justifica al pecador, no lo ve meramente como un pecador perdonado, sino más bien como una persona justa que ha cumplido perfectamente Su ley moral.
            Por otra parte, un juez puede descargar a un acusado, declararlo inocente, y no volverle a ver nunca más en su vida. Pero cuando Dios justifica al pecador, no sólo lo absuelve, sino que también lo adopta como hijo, con todos los derechos y prerrogativas que eso implica.
     Alguien puede estarse preguntando: ¿Pero cómo puede ser posible que Dios haga algo así, justificar de ese modo a un pecador culpable y seguir siendo justo?   Eso lo veremos en la próxima entrada; y  ¿cómo puede el pecador recibir de Dios un beneficio tan extraordinario? Esa es la segunda pregunta que quiero responder en esta ocasión.   [...]