¡Razones por las cuales
Diezmamos!
¡Todo pertenece a Dios, no el 10%, sino todo!
Salmos 24:1
La
palabra diezmo viene del latín DECIMUS que significa décimo o décima parte. En
griego y hebreo, idiomas originales de la Biblia, las palabras utilizadas
tenían este mismo significado, décima parte. Este vocablo proviene de la
palabra hebrea ma´aser que significa literalmente “una décima
parte” y
es la primera cita que aparece en (Gn 14:20) cuando Abraham recibió la
indicación de Diezmar, vemos como el diezmo antes de entrar en un mandato de
ley, ya había sido una ofrenda bajo la sola gracia.
La
segunda ocasión que se hace mención del diezmo, es cuando Jacob le pide al
Señor su Bendición «Y esta piedra que he puesto por señal, será casa
de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti. » (Gn
28:22). El diezmo está relacionado con una actitud de agradecimiento a Dios por
un bien recibido o por recibir.
Bajo la ley mosaica, se considera la décima parte de la
renta de una persona. Originalmente dedicado al uso sagrado. Varias naciones de
la antigüedad lo practicaban y era conocido por los patriarcas del antiguo
testamento (Gn.14:28; 28:10-
22). La ley mosaica lo establecía sobre los frutos de la
tierra y el ganado (Lv.27:30-33; Núm.18:27) eran entregado en su totalidad a
los levitas que eran la clase sacerdotal en Israel, con la finalidad de suplir
las necesidades para el sostén de ellos y poder apoyar los gastos del templo o del
tabernáculo y el culto a Dios (Núm.18:21-32; Deut. 14:22). Además, se usaba en
la manutención de las viudas, los huérfanos y los pobres. (Deut. 26:12). Esta
práctica decaía a veces mereciendo severas amonestaciones (2 Cro.31:4-12;
Mal.3:7-11) que solían ser oída y obedecida (2Cro.31:11).
Levítico 27:30-32 enseña que el diezmo le
pertenece al Señor: “Así pues, todo el diezmo de la tierra, de la semilla de la
tierra o del fruto del árbol, es del SEÑOR; es cosa consagrada al SEÑOR. “Y si
un hombre quiere redimir parte de su diezmo, le añadirá la quinta parte. “Todo
diezmo del ganado o del rebaño, o sea, de todo lo que pasa debajo del cayado,
la décima cabeza será cosa consagrada al SEÑOR.
En el texto anterior vemos claramente cómo Dios dice que todo diezmo
es del Señor; es cosa consagrada a Dios. Por eso entendemos que el diezmo es
algo que le damos a Dios de nuestros ingresos y que es algo que debe servir
para la obra del Señor, no para proyectos particulares, para instituciones
seculares o como parte de nuestra ayuda personal a aquellos que están en
necesidad. De ser así, pues cada cual estaría escogiendo su proyecto favorito
para hacer estar donaciones que quizás no vayan a contribuir en ninguna medida
a la glorificación del nombre de nuestro Señor, y mucho menos a su causa.
El diezmo era dado en el Antiguo Testamento
de tres maneras:
1) Había una décima parte que Dios había designado para que fuera
directamente a los levitas. La tribu de Leví no recibió heredad en la
distribución de la tierra prometida, porque Dios había decidido que Él mismo
sería su heredad y que por tanto los levitas, que eran los sacerdotes del
pueblo, debían de vivir de la contribución de Israel. Esto es lo que Números
18:21 dice “Y he aquí que yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en
Israel por heredad, a cambio de su ministerio en el cual sirven, el ministerio
de la tienda de reunión.”
2) Había otro 10% dedicado a lo que era la
manutención del Templo; los gastos en que se incurría. (Numero. 18:21)
3) Un último 10% era recogido cada tercer año, y
era dedicado precisamente a la manutención de los pobres, de las viudas y de
los huérfanos, como leemos en Deuteronomio 26:12 “Cuando acabes de pagar todo
el diezmo de tus frutos en el tercer año, el año del diezmo, entonces lo darás
al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que puedan comer en tus
ciudades y sean saciados”. Para mayor información ver (Dt. 14.28-29).
Las razones y necesidades por la cuales el diezmo fue
impuesto al pueblo de Israel
en la antigüedad, continúan latente hoy en día, tenemos la
Iglesia de Dios como el principal ministerio, pastores, evangelistas,
misioneros y músicos y personas que administran y dan mantenimiento al templo,
los cuales necesitan apoyo financiero para su buen funcionamiento y crecimiento
sostenido; tenemos también personas con necesidad dentro y fuera de la iglesia;
por lo tanto, las razones por la cuales Israel tomaba diezmo la
continuamos viendo en la actualidad.
El diezmo en el Nuevo Testamento
Es sumamente importante que nos demos cuenta
que el Nuevo Testamento no introduce ningún cambio a lo dicho en el Viejo Testamento,
pero tampoco contradice o nos pide que dejemos dicha práctica establecida en
las Escrituras Antiguo Testamentarias. Hubo ciertas cosas de la ley que el
Señor Jesús cambió con las palabras, “oíste que fue dicho, pero yo os digo…”
(Mateo 5:34). Sin embargo, no añadió nada ni hizo ningún cambio en relación al
diezmo. Pero este silencio no elimina la acción de diezmar.
Cristo mismo puso su firma de aprobación
sobre esta práctica en sus propias palabras de Lucas:11: 42 “¡Mas ¡ay de
vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y
pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin
dejar aquello.: (ref.Mat.23:23; Luc.18:11) la justicia, la misericordia y la
fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” es decir, sin dejar de diezmar.
El
apóstol Pablo nunca menciona el diezmo explícitamente. Sin embargo, el concepto
está presente en sus epístolas, especialmente 1 Corintios 9:13-14 y 16:2. Primero se establece que los ministros del evangelio deben recibir apoyo de la
misma manera que los levitas y sacerdotes fueron apoyados: a través de los
diezmos y las ofrendas. En este último se refiere a dar según uno se haya
prosperado, o proporcional, que es una referencia al diezmo. [16]
Bajo las directrices del Nuevo Testamento el pago del diezmo
continuaba en tiempo de Cristo (Luc.11:42; 18:12; Heb.7:5) pero no fue
prescrito a los cristianos ni por Cristo ni por los Apóstoles; porque bajo la
economía de la gracia se espera que todo creyente aporte con un corazón bien
dispuesto <<como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre>> (2Cor.9:7). Abraham pagó el
diezmo a Melquisedec (Génesis 14:20 ) antes que la Ley de Moisés se instituyera,
mostrando que es la disposición del corazón que nos mueve a dar, y no una ley.
El
creyente es exhortado a dar no por una norma impuesta, sino presentándole el
ejemplo de gracia del mismo señor Jesucristo que por amor a vosotros se hizo
pobre siendo rico (2Cor.8:9). No es el diezmo del cristiano lo que corresponde
al señor, sino todo su ser; puesto que ha sido comprado <por precio>
(1Cor.6:20; 7:23).
¡El pago el más alto precio posible para darnos el más
grande regalo posible! y debe ser eficaz administrador de todo lo que el
señor ha puesto en sus manos. Para la gloria de Dios debe ser
© Por Luis Rodríguez. Débil es la razón sino
se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa. . Usted puede reproducir y
distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su
contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el
Señorío de Cristo nuestro Dios.
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