El contenido de este texto es
profundamente metafórico. Las escenas descritas aquí ponen de manifiesto la ira
de Dios derramada para los tiempos del fin; y que en el curso de la historia la
humanidad está ya presente en los juicios de Dios.
Un examen cuidadoso del contenido de este capítulo indica que se trata
evidentemente de la dramática presentación de hechos literales. Es importante
tener presente que la intención de esta revelación a través de los cuatro
jinetes no tiene por finalidad referirse a individuos particulares; sino más
bien, de revelarnos los juicios de Dios y la forma en que se desarrollan para
el tiempo del fin. Esto se deja ver fácilmente cuando al cuarto jinete se le
llama muerte y muerte no es una persona.
El primero de los tres juicios cronológicos, sellos, trompetas y copas;
comienzan con el capítulo 6. Algunos maestros de la biblia ven suficiente
semejanza entre estos acontecimientos como para sugerir que sucedan al mismo
tiempo; es decir, el primer sello se abrirá al mismo tiempo que se toca la
primera trompeta y al mismo tiempo que se derrama la primera copa. Es cierto
que los juicios tienden a intensificarse a medida que avanzan desde el quinto
hasta el séptimo sello. El problema con esta idea es que pasa por alto la
apertura del séptimo sello; es decir, el séptimo sello da lugar al juicio de
las siete trompetas de los Cap. 8 y 9; en tanto, que el sonido de la séptima
trompeta inicia los juicios de las copas que comienza a derramarse a partir del
Capítulo 16. Lo que sí es aceptable a firmar que las trompetas activadas
por el séptimo sellos; y las copas iniciadas por el toque de la séptima
trompeta, representan los grandes juicios de Dios derramado sobre la humanidad
en el tiempo de la gran tribulación.
6:1 «vi cuando el Cordero abrió
uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir con voz de
trueno: Ven y mira».
El abrir
o desatar los sellos que ocultan el contenido del rollo ocurre en el cielo,
pero los acontecimientos que tienen lugar como resultado de abrir el sello
suceden en la tierra. La expresión <<uno de los sellos>> significa
el primer sellos. El Cordero; es decir, el Cristo glorificado es
quien ejecuta el acto de abrir dicho sello, pero la orden de iniciar dicho acontecimiento,
la da uno de los cuatro seres vivientes. La figura <<como con voz de
trueno>> es un símil que representa un mandato enfático. El verbo
<<ven>> (érchou), omitiendo <<y mira>> tanto en los
(Vs.1, 3, 5,7) está en presente imperativo, voz activa. Dicha forma verbal
expresa un mandato o una convocación. La orden evidentemente no es dada a
Jesús, sino a Juan para que observe el primer jinete.
6:2 «Y
miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue
dada una corona, y salió venciendo, y para vencer »
Es bueno
mencionar que la identificación del personaje que cabalga el caballo blanco ha
sido tema de amplia discusión. La identificación que más abunda ha sido la que
identifica a dicho personaje con Cristo y con la del falso Mesías o el
Anticristo.
Algunos
identifican a dicho jinete con el Anticristo viendo en él un falso Cristo y
refieren el hecho a la primera señal en Mateo 24:5-8, y que Cristo denominó
como «principio de dolores». Sin embargo, la identificación del jinete del
caballo blanco con el Anticristo adolece de serio defectos hermenéuticos. Es
evidente que apocalipsis al único que es revelado montando un caballo blanco es
a Jesucristo; además, el color blanco está asociado con el bien y no con el
mal; pero lo que absolutamente niega que dicho jinete se identifique con el
Anticristo es que le ha sido denegada la victoria final. (Comp. Ap.6:2;
19:19-20).
La gran
mayoría de expositores entienden que la posición que está más en armonía con el
apocalipsis y con el resto de las escrituras, es el concepto de creer en que
dicho personaje del caballo blanco se identifica más con Jesús que con el
Anticristo.
1. Un caballo blanco: Teniendo en cuenta el
simbolismo constante del color blanco; es blanco porque de él emana la
justicia, la pureza y la santidad divina. Este color está asociado. con lo
celestial. Por ejemplo, vestiduras blancas, nube blanca, trono blanco, piedra
blanca etc. (véanse Dn. 7:9; Mt.28:3 Ap.3:5; 19:14; 20:11).
2. También está el hecho que el jinete lleva una
corona, lo cual armoniza bien con persona de Jesús donde Cristo lleva una
corona de oro (14:14) al tiempo de que es presentado como el hijo del hombre.
(Comp. 14:14; Dn. 7:13-14; Mt.24:30; 26:64).
3. La semejanza con Ap. 19.11, muchos ven en este
jinete que abre el primer sello una representación de Cristo, a quien pertenece
la victoria final. «Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son
llamados y elegidos y fieles». (14:17) La idea de un Cristo conquistador está
en más en conformidad con el propósito del libro (Vease-5:5; 11:15; 17:14;
19:19-20).
Algunos comentaristas que no ven a Jesús como la persona del caballo blanco
tratan de resistir importancia al hecho de que este jinete lleva una corona,
mientras que en Ap. 19:11, Jesús lleva sobre su cabeza muchas diademas; y
aluden a la expresión «le fue dada». Sin embargo, dicha expresión no debe ser
extraña en las escrituras. Podemos ver en el libro de Isaías donde al Señor se
le nombra tanto con una corona y al mismo tiempo con diademas. (Véase.
Is.28:5); «le fue dada» Huelga decir que dicha expresión es sin duda una
expresión Antropomórfica. Una expresión antropomórfica es aquella que atribuye
características humanas a la divinidad de Dios. Dios se revela al hombre en
lenguaje humano con el fin de adaptarlo a nuestra capacidad limitada. Se ha de
notar históricamente que ningún rey se retribuye corona a sí mismo; sino que a
todo rey (se le da, se le coloca) sobre su cabeza una corona y entonces es
nombrado rey. (Véase- 2 R. 11.12; 2 Cr.23:11; Ester 2:17).
En el libro de Hebreo encontramos una expresión similar «Le hiciste un
poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra y le pusiste
sobre las obras de tus manos» (Heb. 2:7). La razón probable del por qué
(le fue dada una corona); es quizás, para mostrar al mundo la presencia de un
rey celestial y poner de manifiesto el carácter inmarcesible de la «corona de
gloria» y quien la ostenta es el Rey de reyes y Señor de Señores que jamás haya
tenido la humanidad. La expresión verbal «le fue dada» no reviste mayor
importancia si se toma en cuenta la presencia un antropomorfismo.
Debe
prestar más nuestra atención y observar la misión que va a desempeñar la figura
del caballo blanco, remitiendo al hecho de que «salió venciendo, y para
vencer”.De cualquier modo; “Si la postura del jinete que monta el caballo
blanco representa a Cristo es correcta; entonces hay muchas similitud y armoniza
bien la idea con la de un Cristo vencedor qué trae con ella; la guerra, el
hambre, y juicio a todas las naciones para instaurar un nuevo reino en día
grande y terrible de Jehová. (Véase-Ap. 6:13-17; 19:15-18; 11:15).
No
podemos ser dogmáticos sin embargo, en afirmar con exactitud la identificación
del jinete del caballo blanco con la persona de Cristo, máxime si es el mismo
pasaje que no revela con precisión su identidad. Entiendo que la intención de
esta revelación no tiene por finalidad referirse a individuos particulares;
sino más bien, mostrar los juicios de Dios y la forma en que se van a
desarrollar para el tiempo del fin. Lo más aconsejable es una
interpretación en término de probabilidad y con reservas.
6:3 «Cuando abrió el segundo
sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira.»
De
la misma manera que con la apertura del primer sello, el Cordero es quien
realiza la acción de romper o desatar dicho sello y el segundo de los cuatro
seres vivientes le muestra a Juan el contenido de esta revelación.
6:4 «Y
salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de
la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada».
Referente
al contenido expuesto aquí, es importante recordar el discurso de nuestro Señor
Jesús en el monte de los Olivos y en contestación a la pregunta de los
discípulos: «Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas, y que señal habrá de tu venida,
y del fin del siglo?» (Mt. 24:3), a lo Cristo respondió: «y oiréis de
guerras y rumores de guerras…Porque se levantaran nación contra nación y reino
contra reino…» (Mt.24:6-7). De manera, que es evidente la profecía de Cristo y
el contenido de esta visión.
La
acción efectuada del jinete que cabalga el caballo bermejo, tiene como
misión «quitar de la tierra la paz» con la finalidad de que los seres
humanos «se maten unos a otros».El color «bermejo» (pyrrós) del caballo
significa «rojo fuego» símbolo de la guerra y de la sangre que se hace correr;
y probablemente destaca el derramamiento de sangre que tendrá lugar cuando la
paz sea quitada de la tierra. Obsérvese que el quitar la Paz es un poder que le
«es dado» y quien otorga dicha autoridad es el Dios soberano el que está
sentado en el trono. Es Dios quien controla los acontecimientos que tienen
lugar durante los años de tribulación escatológica. La expresión «gran
espada “le he dada al jinete para que ejerza su autoridad sobre la tierra.
6:5 «Cuando abrió el tercer
sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he
aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.»
Es
importante y no perder de vista que Juan no está relatando el fin de las cosas;
sino más bien, las señales que preceden al fin del mundo y se corresponde mejor
a lo Cristo llamo <<principio de dolores>>. Profecía que mismo
Jesús dio a conocer en (Mt. 24:8).
El
caballo negro es un símbolo claro del hambre. En las escrituras se usa el negro
para describir el hambre (Jer.4:28; Lam. 4:8-9). El hambre es también una de
las señales profética que conducen a los últimos tiempos (Mt. 24:7). La
hambruna que vendrá será el resultado natural de la guerra que sucederán cuando
el jinete de Ap. 6:4, quite la paz de la tierra. La balanza que tiene el jinete
del caballo negro es para medir el grano, que escasea y sube de precio... (Ez.
4:16). Significa que habrá un estricto control de los alimentos de primera
necesidad.
6:6 «Y oí una voz de en medio
de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y
seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.»
«Dos
libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario»
Las
cantidades mencionadas aquí solo bastaran para satisfacer la dieta de un
esclavo o jornalero, y que en la actualidad seria el sueldo mínimo de un
empleado por un día. El «denario» (Rv.) es la referencia bíblica para referirse
a la equivalencia del salario de una persona por un día de trabajo, (véase-Mt.
20:2,9). Dicho sueldo será insuficiente en proveer para el sostenimiento
de una familia de tamaño promedio. Una libra de trigo es suficiente para una
persona, no así para su familia. Tres kilos de cebada representan una dieta
diaria mínima de mantenimiento para una familia; de manera que, se nos indica
que una persona tendrá que trabajar todo el día, solo para ganar lo suficiente
para vivir. .
La
escasez parece no afectar al vino ni al aceite de oliva. El aceite y el
vino eran artículos considerados pertenecientes a la clase pudiente. (Dt
7.13; 11.14; 2 CR. 2:10; 2:15, etc. De manera pues, el texto sugiere que
habrá gran Escases del alimento más necesario tal como es el pan para el
hombre. Los jinetes segundo y tercero van juntos en su misión de extender la opresión,
la injusticia y la penuria económica a lo largo de los siglos en la existencia
de la humanidad.
6:7-8 «Cuando
abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y
mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre
Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de
la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras
de la tierra.»
El
caballo amarillo esta lívido semejante a un cadáver; por tanto, representa la
muerte. «Y le fue dada potestad» esta frase sugiere que la potestad o
autoridad que ejerce este jinete la recibe del mismo Dios. Se nos informa a
demás, que tal juicio afecta la cuarta población del mundo, la cual perecerá a
mano de los juicios de Dios. La expresión «y el infierno le
seguirá» da lugar a pensar que los muertos producidos a causa de los juicios no
son salvos. También descubrimos el poder que se le concede al jinete de
ejecutar los juicios divinos mediante cuatro instrumentos. «Con
espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra».
Estos sellos
de Apocalipsis se puede decir con toda seguridad que son una
ampliación de la visión profética contenida en el libro de Mateo en el
discurso profético de nuestro Señor Jesús en el monte de los Olivos. (Véase Mt.
24).
6: 9-11 «Cuando abrió el
quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por
causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. … »
Como
resultado del quinto sello que ocurre desde el cielo, se puede ver también los
dos testigos que aparecen entre la sexta y la séptima trompeta; donde el altar
está ante el trono de Dios en el cielo (8:3). El apóstol Juan «vio las
almas de los que habían sido muertos». El altar debe referirse al del
incienso o el de ofrenda de paz. Juan ve estos mártires «debajo del altar» tal
como la sangre de los sacrificios eran derramada debajo del altar. (Ex. 29:12;
Lev. 4:7; 5:9). En el AT la sangre era derramada debajo del altar del
holocausto (Lev. 4:7). Esto podría sugerir que su muerte por martirio pudiera
ser vista como un sacrificio en el altar del cielo, el cual Dios recibe con
beneplácito. (Rom.12:1).
La
frase «almas» Juan vio sus almas; de tal manera, que estaban vivos,
lo cual demuestra que aunque el hombre puede destruir el cuerpo no puede
destruir el alma (Mt. 10:28). La palabra griega usada para «mártir», es
(martus), significa "un testigo". Ver también 11:7 en donde los dos
testigos han finalizado su testimonio y la bestia del abismo; es decir, el
anticristo tiene poder para vencerlo (13:7).
Hay
quienes opinan que los santos mártires mencionados aquí son los cristianos que
han sufrido martirios a lo largo de la historia de la iglesia de Cristo, sin
tomar en cuenta los mártires de la gran tribulación. También tenemos aquellos
que entienden que estos mártires deben referirse únicamente a los cristianos de
la gran tribulación que no fueron levantados en el rapto de la iglesia.
Hay un sin número de conjeturas en torno a todos estos. La postura más
congruente con libro de Apocalipsis y con el resto de las escrituras; sin
embargo, es la que entiende que estos mártires mencionados aquí, son el
«conjunto de todos los fieles en el señor, los que han dado su vida por causa
de la palabra de Dios». Se refiere a los mártires de todas las generaciones sin
importar época, espacio, lugar y tiempo. Noten que la razón por la que «habían
sido muertos» guarda el mismo sentido para los martirizados de cualquier
época: «por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían».
El libro
de los hechos nos habla de los martirios de los apóstoles como lo fue el
apedreamiento de Esteban, la muerte el apóstol Pablo y apóstol Pedro. La historia
evidencia como muchos de estos apóstoles fueron muertos y martirizados en
tiempos de las grandes persecuciones imperiales.
Deben
incluirse en este grupo también, los martirizados de la gran tribulación a mano
del último de los emperadores representado por el anticristo. A esto se refiere
el pasaje cuando dice: « Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo
que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de
sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.» (v.9),
se refiere aquí otro grupo de mártires; y los mencionados mártires hace
referencia directa a los cristianos de la gran tribulación «las almas de
los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca
en sus frentes ni en sus manos» (Ap. 20:4). Este es el resto fiel que aún
falta para completar el número de consiervos que también han de ser muerto por
la misma razón. La expresión «Y se les dieron vestiduras blancas,…» del
(V.9) deja demostrado que se refiere al mismo grupo de personas; es decir, el
resto fiel que han de pasar por la gran tribulación a mano del anticristo. (Ap.
7:9,13; 20:4).
Finalmente,
los mártires referidos aquí representan indudablemente la iglesia del Señor en
sentido general, el conjunto de todos los fieles en Cristo, los que han
ofrecidos sus cuerpos en sacrificios vivo y aquellos que también aún faltan por
morir, «por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían». Basta
recordar las palabras de Jesús en el libro de Juan cuando dijo: «Acordaos de la
palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí
me han perseguido, también a vosotros os perseguirán…;» (Jn. 15:20). El
testimonio de los mártires por causa de Jesús, obras y muerte; es parte del
plan de Dios para los fieles de cualquier época.
6: 12-17 «Miré cuando abrió
el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como
tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre… » Los predecible sucesos producido por el sexto
sello comienzan a intensificarse a un más a partir de estos versículos.
Los grandes acontecimientos cósmicos aterradores tendrán lugar en la tierra. La
tierra será sacudida por un terremoto gigante, el sol convertido en negro, la
luna vuelta como sangre, las estrellas cayendo como higos y todos los montes e
islas removidas de su lugar, serán acontecimientos catastróficos literales no
simbólicos.
Algunos
expositores sostienen que parte de estos acontecimientos sucedieron
parcialmente. Uno de la más grande catástrofe en la Historia sucedió al norte
de Perú en el año 1970. Un sacudón físico de la tierra por un fuerte terremoto
y por erupciones volcánicas llego a cobrar las vidas de sesenta y siete mil
personas. Una cosa está claro y es que dicho acontecimientos ponen de
manifiesto una vez más, el discurso de Jesús en Mateo 24. La respuesta de
Jesús a la pregunta de sus discípulos: «Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué
señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?» También nos habla de los
acontecimientos literales que tendrán lugar en la tierra en los días en que
Dios derramará su ira sobre todos los que desobedecieron su mensaje.
En
síntesis la creación natural será fuertemente sacudida por la intervención
sobrenatural de su Creador. Tanto el firmamento como la misma tierra serán
escenario de acontecimientos conmovedores. Los ricos y los poderosos de este
mundo deberán alzar sus ojos a Dios y reconocer la absoluta soberanía de Dios.
(Véase- Vs.13-17) «Porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá
sostenerse en pie? »
Resumen y Conclusión
El capítulo 6 nos revela el comienzo de la semana número setenta de
Daniel (Dn.9:27). También se correspondecon las profecías de Jesús dada a
conocer a sus discípulos en el monte de los Olivos (Mat.24:3-30).
Las deslumbrantes escenas
contenidas en este capítulo describen el día de Jehová en su aspecto
escatológico. El día de Jehová escatológico comienza con la gran tribulación
iniciada a mano del Anticristo, seguida de los grandes juicios de Dios
derramado sobre la humanidad. (Véase- Jer.30:7,8; 31:1; Sof.3:9; 11:16;
Mat.24:15). El día del Señor también guarda una relación estrecha con la
segunda Venida de Cristo y tiene como fin preparar a la Iglesia para el
día de su llegada. (Véase- 1 Ts.5:2-3; 2 Ts. 2:1-3; Ap. 3:10).
© Por su hermano en Cristo Luis
M. Rodríguez. Débil es la razón sino se llega a
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