Animales limpios e inmundos
¿Le importa a Dios qué tipo de animales debemos de comer?
Dios define animales limpios e inmundos
Los principios expuestos en
este capítulo fueron establecidos por Dios para que los que le aman, pudieran
también obedecer sus leyes.
Levítico 11 dedica 47
versículos para ayudarnos a distinguir “entre los animales que se pueden comer
y los animales que no se pueden comer. Para hacer la diferencia, la biblia
cataloga a los animales como “limpios” o “inmundos”.) (Levítico 11:47; Deut. 14).
Esta diferenciación se conocía desde mucho antes, pues Noé ya sabía cuáles
animales eran limpios y cuáles inmundos antes de que ocurriera el diluvio
(Génesis 7:2).
EL LIBRO DE LEVITICO nos
instruye sobre las condiciones que determinan si una especie de animal es
kósher, o sea apta para el consumo HUMANO. La palabra Kósher, es una palabra
hebrea que significa: apto, adecuado que respeta las prescripciones y ordenanza
del judaísmo y que, por tanto, puede ser consumida por los creyentes.
Las condiciones son
dos: ser rumiante y tener las pezuñas hendidas. Si el animal posee una
sola de ellas, no es kósher. Es por eso que el cerdo, por ejemplo, no es
kósher; si bien tiene las pezuñas hendidas, no es rumiante y, por lo tanto,
estaba prohibido consumirlo.
El siguiente es un resumen de lo que nos
enseñan estos dos pasajes:
Esta es una lista amplia de
animales considerados impuros. Evidentemente, debía haber algunas dudas sobre
estos animales. Solo los animales vegetarianos rumian. Esta disposición dejaba
fuera a los animales carnívoros.
En los versos 4-8, (animales
terrestres). Los mamíferos limpios tienen pezuña
hendida y rumian su comida. Esto significa que animales como los
bovinos, las cabras y los venados fueron creados para el consumo humano, pero
los que tienen pezuña hendida y no rumia, no comeréis, por ejemplo: el camello,
el conejo y la liebre. También el cerdo, así como otros los tendréis por
animales inmundos. De tal manera que, de la carne de ellos no comeréis, ni
tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.
En los versos 9-11, (animales
acuáticos): indica que comerán de todos los animales que viven en las
aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los
ríos, estos comeréis. Y de todos aquellos que no tienen aletas ni escamas en el
mar y en los ríos, no comeréis.
Los peces limpios son
aquellos con aletas y escamas. Entre estos están el róbalo, el bacalao, el pez
mero, el salmón, el pargo, la trucha y el atún. En cambio, el bagre, la
langosta, el cangrejo, el camarón y muchos otros animales marinos no cumplen
con estos requisitos y, por lo tanto, Dios dice que no debemos comerlos.
En los versos 13-19 (animales
aéreos): también en Deuteronomio 14:11-18 leemos que todas las aves
limpias son comestibles, pero no debemos comer águilas, buitres, gallinazos,
halcones, cuervos, avestruces, lechuzas, gaviotas, gavilanes, ni garzas,
Entre las aves que si se
pueden comer están: como la gallina, el pavo, el pato, el ganso, la codorniz y
el faisán, pues no están en la lista de aves inmunda y, por lo tanto, se
consideran como limpias y podemos comerlas.
En los versos 20-24, (insectos
voladores y terrestres):
No todos los insectos son
actos para el consumo humano, pero Dios dice que algunos, como la langosta, el
saltamontes y el grillo, sí pueden comerse (Levítico 11:22).
En los versos 29-42, (animales
reptiles y rastreros) Y tendréis por inmundos a estos animales que se
mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana,
el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el
camaleón. Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se
comerá. Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más
patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque
es abominación.
No pretendemos enumerar
todos los animales limpios e inmundos en esta breve explicación.
¿Está bien que un cristiano coma carne de cerdo?
De todos los animales
prohibidos por ley, se consideraba al cerdo como el más inmundo (ver Isa. 65:
3, 4; 66: 17). No es ésta la ocasión de discutir con detalles el daño causado
por la ingestión de la carne porcina. Para el cristiano basta hacer resaltar la
actitud de Dios para con ella. Debe haber algo dañino en el consumo de la carne
de cerdo; de otro modo Dios no hubiera hablado como lo hace. El creó el cerdo y
sabe lo que es.
Es evidente que Cristo no
consideraba de gran valor a los cerdos pues permitió la destrucción de unos dos
mil de estos animales (Mat. 8: 31, 32; Mar. 5: 13).
El Doctor Don Colbert (médico)
En su libro ¿What Would Jesús Eat? “Que comería Jesús” explica
muchas de las razones por las que en su opinión no deberíamos comer cerdo. “Los
cerdos comen grandes cantidades de comida”, escribe, “y esto diluye el ácido
clorhídrico de sus estómagos. Como resultado, las toxinas, virus, parásitos y
bacterias que consumen se absorben hacia su piel… [Los cerdos] comen basura,
heces, e incluso carne en descomposición, y todo lo que ingieren generalmente
se convierte en parte de la piel del cerdo mismo. Debido a esto, los cerdos
fácilmente crían parásitos como la Trichinella, la solitaria del cerdo, y
el Toxoplasma gondii” (2002, p. 49).
Tal vez no entendamos por
qué todos los animales catalogados como inmundos en la Biblia son perjudiciales
para nosotros, pero Dios sí lo sabe porque Él los creó.
Es importante aclarar que
el consumo de carne de cerdo no tiene un fin salvífico desde el punto de vista
espiritual. Su prohibición en el antiguo testamento velaba más bien por
salubridad y el cuidado de ciertos tipos de carnes perjudiciales para el
consumo humano. Un cristiano de hoy puede comer carne de cerdo y no ser
condenado por esto.
Es importante entender que,
a raíz de la muerte y resurrección de Cristo, la ley de Moisés fue abrogada.
Hablando de la ley de Moisés, el libro hebreos 7:18 dice: “Queda, pues,
abrogado el mandamiento anterior a causa de debilidad e ineficacia” Este es el
motivo para afirmar que los que creemos en Cristo ya no estemos bajo la ley de
Moisés y por tanto ya no estamos en obligación de cumplir con aquel reglamento
sobre lo que se debe comer y lo que no se debe comer.
Cuando analizamos el pasaje
del libro de los hechos, el mismo apóstol Pedro fue expuesto a esta verdad en
visión. Dios le presenta en una visión un lienzo en el cual había de
todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una
voz: Levántate, Pedro, mata y come, donde pedro advierte que no había comido
ninguna cosa inmunda jamás, entonces Dios le revela “lo que Dios limpio, lo
llame tu común” Hechos 10:9-16.
Aunque la visión tenía como
propósito mostrar a Pedro que las bendiciones del evangelio y la salvación del
alma también estaba destinada alcanzar a los gentiles. Esta claro por el hecho
de que el Apóstol como buen judío, tenía a los gentiles o las demás naciones
como impuros.
Ahora bien, ¿está bien para
un cristiano comer carne de cerdo? el apóstol pablo da un paso más a
delante con los tipos de carne que debemos comer y nos enseña: "De todo lo
que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de
conciencia". (1cor 10:25)
Considere también lo que
dice Romanos 14:14-15 “Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es
inmundo en sí mismo; más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.
Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme
al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo
murió.”
Aplicando este principio a
nuestro caso relacionado con comer o no, carne de cerdo, Pablo diría: Yo sé, y
estoy seguro nada es inmundo en sí mismo” es por ello, que la carne
de cerdo puede ser consumida, pero si alguien piensa que la carne de cerdo es
inmunda, para esa persona es inmunda. Pero si por causa de comer carne de
cerdo, tu hermano se siente ofendido, tu conducta ya no es de amor. Que tu
comida no sea causa de que se pierda aquel por quien Cristo murió.
Por razones bien enfundada
entendemos por cuestiones de salubridad sigue teniendo importancia en elegir
bien nuestros alimentos, que animal debemos de comer y que animales no debemos
de consumir, pues animales que comen todos tipos de putrefacción y por tanto no
es recomendable su consumo.
Esta es la libertad en
Cristo, ejercida dentro del marco del amor. De modo que, si usted no tiene
problema en comer carne de cerdo, pero está en presencia de un hermano que
piensa que los creyentes no deben comer carne de cerdo, es mejor que ceda su
derecho a comer carne de cerdo y evite de esa manera lastimar la conciencia del
hermano que piensa que es malo comer carne de cerdo. Esto sin embargo es una
recomendación no un dogma, dese la perspectiva del amor cristiano.
© Por Luis Rodriguez. Débil
es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la
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